martes, 18 de septiembre de 2012


HÁBITOS DE BUENA ALIMENTACIÓN:
¿CÓMO ADOPTAR UNA VIDA SANA DESDE PEQUEÑOS?


Desde pequeño, el ser humano acostumbra a adoptar cierta independencia en cuanto a sus gustos alimenticios. Esto se observa muy bien en los niños de hoy en día, es muy común observar que comidas como las lentejas, los famosos porotos, las alverjas guisadas, y todo tipo de legumbres son realmente aborrecidos por la sociedad infantil existente en el planeta.
Debido a esto, en muchas ocasiones los padres no orientan a sus hijos a una gran técnica de vida sana. Ciertamente es muy común saber que las madres les preguntan a sus descendientes: ¿Qué quieres que haga de almuerzo hoy?, a lo cual claramente aquel niño/a va a responder “arroz con papas fritas”, o “tallarines”, o cualquier otra comida que sea del gusto de él, las cuales en muchas ocasiones no son de las mal llamadas ‘malas’, y es así como aquella mamá hará lo que el hijo pidió, pero al mismo tiempo excluyéndolo de una sana alimentación, en la cual se incluyen mayoritariamente lo que el retoño no quiere consumir.
Como explica la psicóloga chilena Pilar Sordo en su libro ‘Con el coco en el Diván’, “a los niños se les debe dar lo que hay, y no se debe realizar poco menos un plebiscito para saber qué se comerá en el hogar”. Aquí, ella culpa más a los padres por no orientar de buena manera a sus hijos en el plano alimenticio. Les dan en el gusto en todo, les cumplen sus deseos de comer comida ‘chatarra’ (hot dog’s, papas fritas,  hamburguesas, etc.) y no les imponen técnicas de vida saludable. Otra parte que cabe destacar es cuando la misma psicóloga comenta lo sabio que era el viejo dicho de su abuelo “come y calla”, porque como se menciona anteriormente, ¿Qué niño va a querer comer porotos, lentejas o garbanzos?
En la sociedad actual, es posible que los niños, adolescentes y jóvenes en su mayoría busquen formas de vida saludable gracias a sus pares. Ejemplificando ésta situación, se puede manifestar que una joven se sienta sobrepeso, por lo cual comenzará a adoptar una dieta, y así buscará bajar esos ‘kilitos demás’. A la vez, la amiga de esa joven va a divisar que está con más peso que su amiga, por lo cual intentará bajar su peso personal también. Es así como esto se puede transformar en una tendencia, ya que al practicar una vida sana entre unos pocos, esto se llevará hacia los otros y se transformará a la vez en un ‘efecto dominó’. Lo cual se interpreta porque sus padres no les impusieron las técnicas de vida saludable, sino que sus amigos y gente de su edad comenzó a practicarlas, y así el resto también lo adoptó.
Se debe orientar a los padres para que desde pequeños orienten a sus hijos, y no les den en el gusto en todo. El ser humano necesita lo llamado ‘buena alimentación’, que según el portal de internet newton.edu.pe, se define como “aquella que cumple con las necesidades específicas del comensal de acuerdo a su edad, promueve en el niño y en el adolescente el crecimiento y desarrollo adecuados, y en los adultos y ancianos permite conservar o alcanzar el peso esperado para la talla y previene el desarrollo de enfermedades que se presentan por deficiencia o por exceso de nutrimentos”. Es muy importante que desde pequeños, los niños adopten una sana alimentación, la cual permite prevenir enfermedades y a la vez tener un gran funcionamiento del cuerpo humano. A la vez, puede traducirse en buen estado de ánimo, lo cual fomenta un gran ambiente de trabajo o estudio entre los pares, además de un buen rendimiento académico, y más.
Y cómo dejar de lado los deportes, ya que son un complemento importante junto con la buena alimentación, lo cual fomenta nuestro bienestar y se hace llamar hábitos de vida saludable. Dedicar 30 minutos diarios a caminar, correr, o practicar uno de los deportes favoritos, inclusive montar una bicicleta e ir al cerro a distraerse, ya puede parecer un buen panorama y a la vez transformarse en un hábito de vida saludable que se le debe imponer a toda la sociedad infantil desde sus primeros años de vida, lo que a su vez desencadenará una generación más consciente acerca de los buenos hábitos alimenticios junto con la gran importancia de una periódica práctica de deportes.
En conclusión, los padres deben fomentarles hábitos de buena alimentación desde muy pequeños, evitando ‘darles en el gusto’ siempre. Además, se debe tener en consideración que una vida en constante actividad física conllevará a una vida mucho más saludable, y a una sociedad preocupada mayormente por su bienestar personal físico, para así evitar todo tipo de enfermedades ya sean cardiovasculares, físicas, psicológicas, etc.

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